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Ya no es lejano pensar en unas zapatillas capaces de registrar datos como por ejemplo el tiempo y la distancia recorrida, o en un refrigerador que de acuerdo con lo que se pone en su interior y se va desocupando, sea capaz de hacer una lista con los alimentos que faltan por comprar. Nada de eso es ficción, es ya el presente.

Cuando apareció por primera vez el término “Internet de las Cosas” en 1999, muchos pensaban que era solo una palabra de moda y un reto que se planteaba para el futuro, como para 2015 o 2020. Pero la tecnología avanza a pasos agigantados y ahora aquí estamos, con el 2015 en el retrovisor y con una visión cada vez más clara de 2020.

Del “Internet de las Cosas” al “Internet del Todo”

El internet de las cosas o Internet of Things (IoT) consiste básicamente en conectar todo a internet: cosas, procesos, personas, empresas, etc. Esta tecnología ha ido cobrando importancia a lo largo de los años y en 2016 el número de elementos conectados al IoT creció un 39%, según datos de Telefónica.

Hoy en día no solo ha evolucionado el número de elementos conectados a internet, sino que también la propia expresión debido a la constante transformación digital. La compañía Cisco Systems, especializada en servicios de telecomunicaciones, ha acuñado lo que se conoce como Internet of Everything (IoE) o Internet del Todo, traducido al español. Este término es bastante reciente y consiste en reunir personas, procesos, datos y cosas para conseguir que las conexiones de red sean más pertinentes y valiosas que nunca.

La diferencia es simple y consiste en que el Internet de las cosas (IoT) es un sistema de comunicaciones entre máquinas que opera dentro de un sistema más complejo: el Internet del Todo (IoE) que analiza la relación entre los dispositivos conectados y las personas que los utilizan.

Según se desprende de las predicciones del último estudio de la consultora Gartner, 2017 será un año brillante para el Internet de las Cosas (IoT), ya que se alcanzará la cifra de 8.400 millones de objetos conectados, un avance del 31 por ciento frente a los datos de 2016.

Aplicación de sistemas IoT actualmente

Al margen del proceso de desarrollo y el futuro ya existen instituciones que están utilizando esta tecnología para facilitar la vida a sus usuarios, como por ejemplo Colombia, que ha creado una plataforma para el Internet de las Cosas con el objetivo de conectar los establecimientos a lo largo del país. De esta forma se analizan en tiempo real activos como la gestión de la cadena de suministros, los sistemas de seguridad y las aplicaciones para posibilitar el desarrollo de ciudades inteligentes.

Otro país que ha decidido apostar por esta tecnología es Chile, instalando en el Aeropuerto Internacional Comodoro, 20 sensores para medir indicadores como la humedad, la temperatura y la luminosidad. Estos datos se monitorizan en tiempo real y los compara con los estándares adquiridos en el contrato de concesión: tiempos de espera, temperatura, estado del traslado de maletas o número de personas en las distintas terminales.

Otra aplicación de sistemas IoT son las conocidas Smart Cities, por ejemplo en Barcelona el ayuntamiento ha puesto en marcha una serie de iniciativas en el sector del “Internet de las Cosas” aplicado al entorno urbano. A través de una red de 25.000 sensores se monitorizan diversos parámetros relativos al tráfico, el trasporte, la iluminación o la calidad del agua.

Gracias a la gestión de todos los datos recogidos se lleva a cabo una actuación mucho más eficiente y sostenible. De esta forma el Ayuntamiento de Barcelona no solo ha conseguido ahorrar más de 70 millones de euros, también ha generado más de 45.000 puestos de trabajo.

Horizonte 2020

El “Internet de las Cosas” constituye una oportunidad de negocio cuyo valor asciende a 19 billones de dólares. Asimismo durante una conferencia en el Mobile World Congress  el CEO de Cisco afirmó que el impacto de este sector está destinado a tener un impacto cinco veces mayor que el que ha originado la aparición de Internet, lo que resultaría algo revolucionario.

En 2008 se estimaba que el número de dispositivos con conexión a la red había superado a la población y desde entonces esta tecnología no ha dejado de evolucionar. Según Gartner, en 2020 habrá en el mundo aproximadamente 26 mil millones de dispositivos con un sistema de conexión al internet de las cosas.

En definitiva, todos estos datos revelan la importancia cada vez mayor de esta tecnología, que puede llegar a convertirse en una excelente oportunidad de negocio para aquellas empresas que sepan aprovecharla, logrando posicionarse como líderes de su sector.

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